HUMUS DE LOMBRIZ es un abono orgánico natural, producto final de la digestión de lombrices rojas californianas. La materia orgánica que sirve de alimento, es seleccionada y tratada para evitar microorganismos patógenos como también semillas de malezas, en un proceso de compostaje aeróbico mediante aireación mecanizada, con controles permanentes de temperaturas y humedad. La materia orgánica que ya está en condiciones de ser alimento se entrega gradualmente a las lombrices, dentro del tubo digestivo de estas la materia orgánica se sigue desintegrando, se carga de gran cantidad de microorganismos benéficos que viven internamente en la lombriz siendo ellos los que devuelven la vida al suelo gracias a su acción biodinámica que permite poner a disposición de las plantas las sustancias nutritivas contenidas en el propio suelo.
El producto obtenido es rico, balanceado y muy fácil de asimilar por plantas frutales, hortalizas en general, plantas ornamentales, césped, etc., gracias a sus nutrientes y microflora.
La eficiencia y ventajas del Humus son mucho mayores que los fertilizantes químicos, dado que es imposible utilizarlos durante mucho tiempo sin desgastar la tierra sobre la que se utiliza. Por el contrario, el humus de lombriz no provoca este desgaste de la tierra, sino que ayuda a regenerar los terrenos que pueden estar desgastados, no produce fitotoxicidad y aporta gran cantidad de fitohormonas que estimulan el desarrollo radicular. De esta forma, los productos generados (frutales, cereales, etc.) son considerados ecológicos puros y como tales pueden ser comercializados.
Así el Humus restaura la fertilidad empobrecida de la tierra e incrementa la abundancia específica y cualitativa de su microflora al poco tiempo de ser aplicado.
Formas de Uso:
- Aplicar directamente en la tierra o sustrato del lugar
- En plantas de huerto ya plantadas, lo ideal es distribuirlo sobre el suelo de cultivo utilizando una proporción de medio kilo y 1 kilo por mt2.
- Para la siembra, podemos aplicar entre 50 y 100 gramos directamente en el sustrato. No solo facilitará la germinación. También promoverá el crecimiento de la planta futura.
- Para frutales es recomendable rastrillar la tierra de la base del tronco y añadir entre tres y siete kilos. Una cantidad que podemos administrar libremente, y que dependerá en gran medida del tamaño de nuestro árbol. Esta práctica también podemos llevarla a cabo con parras y vides, incluso sin necesidad de acolchar el terreno.
- Para abonar césped, utilizar 1/2 kilo por mt2. y para siembra utilizar 3 kilos por mt2.
- Para plantas ornamentales y macetas aplicar de manera regular y en pequeñas cantidades. Lo ideal es aplicarlo cuatro veces al año, y empleando entre 30 y 50 gramos en cada dosis.
- Para rosales y arbustos, lo ideal es aplicar medio kilo de esta enmienda en la base y alrededores.
- En el caso de los árboles ornamentales, tendremos que acolchar la base del árbol y añadir entre dos y cuatro kilos al sustrato original.