Consejos:
Germinación: A una temperatura de 16 a 20° C, germinan entre 7 y 14 días.
Siembra: Todo el año, en almácigo. El suelo o sustrato debe contar con buen drenaje y mejor si es ligeramente alcalino.
Trasplante: A los 20-25 días de la germinación ya se pueden trasplantar las plántulas a su lugar definitivo, cuando la planta tenga unos 10 o 15 cm. de altura.
Riego: Regular para mantener el sustrato siempre ligeramente húmedo. Podemos encontrar variedades y cultivares que florecen en colores muy variados, desde distintos tonos de rojo, blanco y rosa.
Plagas: No suele tener plagas, pero si las condiciones de cultivo no terminan de ser las más adecuadas sí que podemos encontrar: pulgones, Cochinillas, Chupadores: son larvas de insectos de la familia Aphrophora. Éstos fabrican un líquido para protegerse y luego emiten burbujas.
Enfermedades: Si se riega en exceso puede tener hongos, especialmente Phytophthora. Es importante regar cuando sea necesario, evitando el encharcamiento. En el caso de que la planta no crezca, tenga las hojas amarillas, y un aspecto tristón, hay que tratarla con fungicida y espaciar los riegos.
La Clavelina es una planta herbácea, su origen está en Asia y Europa. La planta se caracteriza por sus bonitas flores de pétalos anchos y bordes aserrados que presentan además varios colores. La clavelina es una planta bienal o perenne que atrae a las abejas y las mariposas. Se puede plantar tanto en el suelo del jardín como en contenedores. Su pequeño tamaño, unos 25 cm de altura, así lo permite, aunque se trata de una planta que necesita mucha luz, por lo que, si la cultivamos en maceta deberemos colocarla en un lugar soleado. Soporta muy bien el sol directo pero no así las temperaturas muy elevadas. Una vez que se marchiten las flores las cortaremos para promover una nueva floración. Se suele cultivar como anual pero la podemos mantener dos años si le aportamos fertilizante y la cuidamos un poco.